FLORA... la belleza es letal
- Lisset Del Río
- 3 nov 2020
- 3 Min. de lectura
Cierro mis ojos para poder dormir, siento como cada parte de mi cuerpo comienza a perderse, como voy perdiendo el sentido, como me hundo en mi misma...
Siento aire levantando mi cabello, pero sigo con los ojos cerrados, no recuerdo haber dejado la ventana abierta, ay Dios me esta dando ansiedad, creo que mejor abro los ojos... o por Dios otra vez?, genial, lo bueno es que no le tengo miedo a las alturas. Me encuentro en un acantilado increíblemente alto, tan alto que solo la luz del sol, las nubes y el cielo se logran ver a la distancia, me asomo por el acantilado y todo abajo es verde, genial otra vez como zombie sin controlar mis actos, ahí va mi cuerpo, caminando como vil suicida a la orilla del lugar, estoy consciente de que no le tengo miedo a las alturas, pero eso no significa que no sienta el cosquilleo de la presión al caer, no... no... espera... estúpida demencia, DIIIIIOOOOOOOOOOOOOOSS!!!!!!!! Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh!!!!...
Caigo... mis nervios van a estallar... pero mi cuerpo sigue en picada, comienzo a girar en el aire, y yo que creía que los mortales solo los hacían los deportistas... caigo en seco con mis piernas dobladas, mi mano derecha en el piso y la otra haciendo equilibrio levantada, me incorporo, camino entre la maleza, veo todo tipo de plantas, flores hermosas, arboles gigantes con troncos extremadamente gruesos.
Algo raro pasa, en cada paso veo el pasto moverse alrededor de mis pies, las hojas me rozan la cara buscándola, no de casualidad, las flores se abren a mi caminar, pareciera que cada planta, hasta la mas pequeña me da la bienvenida, me saludan, me besan al pasar, es una sensación tan extraña, tan reconfortante, siento en mi sangre que todas son parte de mi, que todas son yo, siento su poder y la capacidad de controlarlas. Veo una imagen al frente de mi a lo lejos, veo a un tipo mas alto que yo, se ve muy fornido, a la distancia logro ver que ha girado su rostro a su lado izquierdo, como viendo de reojo a mi persona, pero que extraño, conforme me acerco, pareciera que se va haciendo pequeño, que extraño, de un adulto pasa a ser un adolescente, ya estoy mas cerca... a un metro de distancia ahora veo el cuerpo de un niño pequeño, no de mas de 3 años, casi es un bebé, vuelve a ver al frente, y me dice:
- "hola, te ves diferente a como te recuerdo", en ese instante se gira, y esos ojos increíblemente verdes, verde limón, brillosos hasta decir basta, hermosos, aunque su iris no es estática, su verde se mueve como el color vinílico en agua, con su rostro de ángel,
- "¿Quien eres?" pregunto...
- "Las plantas son mi vida y mi control, y tu eres parte de mi y parte de todo" mi intriga se agiganta, tengo mas curiosidad, pero para variar mi vista se comienza a nublar, me comienzo a perder en mis sueños, varias cosas sin sentido, varias cosas sin razón...
He despertado, no tengo plantas a mi alrededor, aunque se sintió tan real no tengo nada... toca a la puerta mi padre, me levanto y le abro con prisa:
- "buenos... días... que es ese aroma"
- "¿cual?"
- "huele a flores, o algo así, tu recamara huele muy rico, ¿nuevo perfume que no me entere?"
- "no padre, creo que no"
- "en fin baja a desayunar" cuando baje mis hermanos y mi madre percibieron el mismo aroma en mi, mis amigos, sin excepción, percibieron un aroma diferente en mi, todos parecían flores a sus olfatos, unos rosas, otros fresias, otros violetas, cada uno una diferente, como si fuera un aroma impregnado como un perfume en mi piel.
No hubo plantas al amanecer, pero si su aroma en mi ser...
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