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TRUENO... deja huella ahora

  • Foto del escritor: Lisset Del Río
    Lisset Del Río
  • 30 oct 2020
  • 2 Min. de lectura

Era un día muy nublado, poco a poco el día se volvió oscuro, me asomé por el cristal de mi ventana, la abrí, sentí el aroma lleno de humedad, la lluvia anunciaba su caída implacable, bajo mi mirada y veo a mi hermosa perrita Jeisa sentada viéndome admirar el paisaje, la veo a los ojos y ladea su cabecita, de un momento a otro gira hacia atrás de ella, se pone en guardia, siente que algo no esta bien, algo despierta su instinto de protección, vigila cautelosa, en eso levanto la mirada y veo como el cielo se rompe en medio de una gran luz que lo desquebraja, con un retumbar intenso al tocar tierra, la luz me ciega por un instante, y el sonido me deja sorda, solo escucho un leve silbido, es cuando veo una silueta de otro niño caminando hacia a mi, solo distingo sus ojos color gris, con destellos plateados, en los cuales se vieran destellos de luz como su fueran truenos retumbando dentro de él; mientras mas se acerca va creciendo, a un metro de mi se detiene y veo que es mas alto que yo, pero solo sigo distinguiendo esos ojos donde la mirada dulce y tierna de un niño cambio a la de un joven mirando con admiración a alguien que ama... a mi.


Levanta su mano derecha a la altura de mi rostro suavemente, da 3 pasos mas hasta lograr alcanzar mi mejilla, su caricia se volvió una descarga descomunal de electricidad que me hizo doblarme, ya no existía la pared que me separaba de la terraza donde estaba Jeisa, ¿Dónde esta Jeisa?, solo sentí como mi cuerpo se doblegaba ante la imposibilidad de movimiento alguno, mi cerebro se quedo estático, no podía mandar ninguna orden, poco a poco me desvanecí hacia atrás y sentí su mano cacharme por mi espalda, lo vi fijamente a los ojos...

- "bienvenida, volver a verte, saber que llegue al lugar correcto, me hace ver que aun hay esperanza" - mi cerebro continuó encendido a pesar de que mi cuerpo perdió todo sentido por la descarga... mi piel sintió como me ponía en el piso con dulzura, "solo tu sobrevivirías a esto... solo tu me verías..."


Sentí leves gotas de agua en mi rostro, que me despertaron, estaba acostada sobre la alfombra de mi recámara, la ventana abierta mientras llovía eran las gotas. Media aturdida me levanté tomando la orilla de la ventana para poder ponerme en pie. El cielo gris era lo único que se veía, y mi guardiana estaba abajo del marco de mi ventana, ahí se había quedado, cuando vio que estaba bien, corrió a su casita a resguardarse de la lluvia, se acostó puso sus patas entrelazadas al frente de ella, recargó su cabeza y me guiñó el ojo, y luego giró su cabeza para dormir. Ella también lo vio... y no estuve dormida... eso creo.


 
 
 

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© 2008 Armida Lisset Del Río Quintanilla

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